¿De qué se trata?
Es una exploración específica para la mama que se realiza mediante el uso de rayos X. Se utiliza para evaluar un síntoma particular relacionado con el seno o la mama como: dolor, secreción, sensación de masa, hinchazón y cambios en la piel.
En mujeres mayores de 40 años se realiza como método de tamizaje para detección temprana del cáncer de mama.
Cada mama se ubica en un soporte perpendicular al tubo de rayos X del mamógrafo y se realiza una compresión sobre la misma; esto puede generar alguna molestia pero es indispensable para obtener una imagen nítida de los tejidos.
Es un estudio que no implica mayores riesgos ya que utiliza bajas dosis de radiación ionizante, salvo en el caso de mujeres embarazadas, quienes no deben realizarse una mamografía a menos que su médico así lo indique.