¿De qué se trata?
Es un examen diagnóstico que permite generar imágenes del interior del cuerpo empleando radiación ionizante (ondas electromagnéticas de gran potencia conocidas también como rayos X).
Para realizar una radiografía, El paciente se debe ubicar entre una fuente y un detector de rayos X la parte del cuerpo que se va a evaluar. Esto permitirá que las ondas atraviesen la piel y se generen imágenes de los tejidos internos y de las estructuras óseas del cuerpo.
Por lo general no hace falta preparación especial. Debe llevarse ropa cómoda, fácil de quitar y evitar el uso de joyas (aretes, anillos, relojes, cadenas…etc.).